miércoles, 26 de mayo de 2010

Un tatuaje de un sulky no es un tatoo carreta

La mitad de de las cosas que te crees que te han pasado, en realidad le sucedieron al vecino, pero las has vivido tan de cerca que tu mente, engañada por los enigmas de la percepción, te ha hecho creer que eras el protagonista de esa extraña aventura. O sea, tan de cerca como se puede estar de un vecino, esos primos lejanos que nunca tuvimos.
Un trabajo encubierto, infiltrado, ha llevado a Tertulio, nuestro Asombroso Hombre - Mondiola, hasta las puertas mismas de la maravilla. Con un atuendo digno de Paolo el rockero teniendo relaciones maritales con un posavasos, enarbolando una tararira y al grito de "Viva la Revolución", nuestro héroe debe integrarse a un conjunto musical conformado por 2 músicos y 5 egos, no necesariamente en ese orden, a fin de desbaratar una organización que, liderada por un pelotudo, se dedica a la venta de remera estampadas con frases ajenas. El "grupo", (o "la banda", como le gusta decir al Supremo Intendente de Mondiolandia), en apariencia inocente, cándido y celíaco, funciona como eslabón final de una cadena que incluye a peligrosos delincuentes, con reconocida trayectoria en el ámbito de la falsificación de citas célebres. Así, entre su "frondoso prontuario" (como le gusta decir a los habitantes de Palermo Villa Ballester) se encuentra la adjudicación del tan recordado "Me compre un Jedanyoulder y me vino fallado" a Pity Alvarez y "Yo no no me llamo 5 pesos" a Anthony "Cuatropesos" Gutiérrez, campeón supermosca de los años `20.-
El concepto y real sifgnificado subyacente de la palabra "clavícula" solo puede ser captado por un alma pura, impoluta, libre de las contaminaciones que el sistema lingüístico quiere imponernos. De otro modo, cualquier salame podría decir "tapita" en vez de "rótula", y todos lo entenderíamos, sumiendo en la inutilidad a los libros de matemáticas y al juego ese donde tenias que sacar órganos de un esqueleto electrificado.
El ocio solo es beneficioso para las mentes libres de pensamientos preocupantes. Un sistema de luces y sonidos (como un semáforo que cantara ese tema que dice "Quiero tender la cama de tu alma, plumerear la mesa ratona de tu amor y sacarle brillo a la alacena de nuestro amor", que, contrariamente a lo que todos piensan, no se llama "Quiero espolvorearte con polvo para hornear Royal" tal como lo reza el estribillo, sino "muerte, destrucción y necrofilia", tan bien cantado por la gola prodigiosa de Amelita Baltasar) es como un "bicho taladro" (ese mismo cuya aniquilación prometen las calcomanías adheridas a las cabinas -o "casetas"- de peajes de la autopista que conduce al más allá), el cual, una vez que ha empezado a carcomer la materia gris, extiende su túnel hasta el lóbulo frontal y mas alla, haciendo que el cerebro, las aponeurosis y los sinalegmas se vean a los ojos de extraños como la luz que pasa a través del prisma del disco de Pink Floyd y en vez de pensamientos, rayos lumínicos irisados salgan por nuestras orejas. O por algún otro orificio.
Y sí, me acorde de vos mientras cocinaba una tortilla de papas... que vas a hacer al respecto?

lunes, 17 de mayo de 2010

Para cuando una remera de color kayak?

Así como es de improbable que el Conde Drácula se case con una momia que sabanea, no deberían existir cubiletes donde entren mas de 5 dados. Pero hablamos de los dados normales, no de esos otros, que hacen que jugar a la Generala se transforme en un suplicio mas cercano a un asado con el Opus Dei que a un verdadero esparcimiento.
Y ahora, que llueve mas que nunca, pienso en la lechuga, único ser vivo capaz de recorrer la distancia entre dos azulejos en una velocidad infinitesimalmente inferior a la de la luz.
Ha llegado a mis manos un documento que no me atrevo a leer, no tanto por las implicancias y efectos que podrían producir sus contenidos en mi ya de por sí alicaído ánimo, sino mas bien porque, en un momento delicado como el que estoy atravesando, el saber de las críticas despiadadas que esos seres infernales que se hacen llamar a si mismos "sombreros de copa" o "mamboretá del infierno" o "cinco garrafas pintadas de negro" derraman sobre la pátina de eficiencia y buenos modales con la que cubro cada uno de los actos de mi vida, podría desencadenar el incontenible deseo de lanzar sobre esta ciudad desagradecida una epidemia de jinetes del apocalipsis rellenos de gatos muertos mordiendo bebes rellenos de vidrio. Es decir, el horno no está para bollos.
Y si bien te escucho, y dejo que manejes mi vida con cierta moderación, tampoco voy a permitir que gires las perillas de mi existencia, como quien abre una puerta a otra dimensión. Eso si, si queres te puedo alcanzar hasta el cuartel de Bomberos Voluntarios, donde decenas de uniformados te mojarán con sus mangueras de alta presión, y regarán tu alma como si fuese un potus reseco bajo la desoladora luz del desierto del Sahara.
Sabido es que el camino hacia la dicha eterna está plagado de lugares idénticos a la estación de Temperley, pero sin el kioskito ese de diarios que está al lado de la escalera, donde uno siempre puede mirar minas en pelotas mientras espera el tren que conduce a Alejandro Korn. Pero también es de público y notorio que entre Turdera y Llavallol existe una paradoja témporo-espacial, que hace que contar los cuises muertos que han entregado su vida a la civilización y el progreso no sea tan divertido como puede llegar a parecer a simple vista. Por eso mismo en dicho lugar se encuentra la mayor concentración de cuises (es decir, cantidad de cuis sobre metro cuadrado) de latinoamérica. Proximamente se espera una visita de una partida de lemmings (incluyendo a Lemmy Cravis y a Lemmy, el cantante de Motorhead), quienes instruiran a los superpobladores cuises acerca de los beneficios y las dudas del suicidio colectivo asistido en masa tirándose por un acantilado. Quizá los cuises deban viajar para ello hasta un lugar con acantilados (no hay ni en Turdera ni el Llavallol), creando a su vez otra paradoja, en este caso cuis/cuantitativa, la que desde ya podríamos bautizar como "la parábola del cuis", y enunciar de la siguiente forma: a mayor cantidad de cuis en un momento y lugar dados, mas posibilidades existen de que quieran suicidarse tirándose de un acantilado, por el llamado "efecto Lemming", pero como no hay acantilados ni en Turdera ni en Llavallol, deberían mudarse en masa a Chapdmalal, dejando ese lugar determinado sin cuises, por lo que (y aca viene la paradoja) "A MAYOR CANTIDAD DE CUISES, MENOR CANTIDAD DE CUISES HABRA".-

martes, 4 de mayo de 2010

Sabíamos que este día llegaría. No necesitábamos al canario...

"La sombra de un Pan Flauta recortada contra al luna llena me hizo acordar la vez aquella que me pediste que te acariciara el páncreas, presa de un ataque de páncreas. Embriagado del intenso icor de las cascaritas coaguladas en vinagre, accedí, no pudo decir que "gustoso", pero sí considerando la idea de que el pasado caía sobre nosotros como caen las cuerdas de la guitarra que uno arroja al inodoro cuando le cambia la cuerdas a su guitarra en el baño y no tiene ganas de ir hasta el tacho de basura para tirarlas donde coresponde.
Y mientras la televisión satura el ambiente con luces y da forma a sombras de lo mas variadas, de adentro de un ropero de esos que no viajan en camioneta, un vómito de sábanas fluye y repta por el piso, acercándose hasta un agujero y vertiéndose en su interior, como agua por un fregadero (o "bacha", como dicen en Palermo Kuala Lumpur) después de haber lavado todos los tomates del universo.
La vida sería mucho mas sencilla si los zapatos (o zapatillas) pudiran doblarse, enrollarse y guardarse como se hace con las medias.
A todo esto, el Chango Cárdenas continúa rematando al arco desde 30 metros y clavándola en un ángulo"
Con el corazón desgarrado por una serie de derrotas consecutivas en todos los planos imaginables, Tertulio, el Asombroso Hombre - Mondiola redacta una triste misiva pensando en varias personas a la vez. "Los día de arco iris y salames de Tandil han acabado", se dice, con una mueca de amargura.
La reciente idea de crear días de 37 horas, apoyada por los mas variopintos sectores del periodismo y diversos grupos ecologistas, ha puesto a todos los cerebros biempensantes de la humanidad a buscar sus pro y sus contras.
Sin embargo, de lo que nadie se percata (nadie salvo Tertulio, claro está) es que, detrás de este descabellado proyecto se esconde, cuan una pila AA dentro de un control remoto de un ITT Drean, una conspiración, LA conspiración, la madre, la abuela y la tia incestuosa y solterona de las conspiraciones: una ideada por los fabricantes de relojes y de almanaques.
La industria almanaqueril, en decadencia desde la invención de la vincha fluorescente, (aunque, justo es decirlo, con un leve repunte tras la invención de los almanaques con señoritas desnudas) recurre a manotazos de incinerado en un mar de lámparas a kerosene con el unico objeto de llenar sus bolsillos de metálico. "Y este es uno de ellos" concluye Tertulio.
Asi que se enfunda en su Mondio - Traje, y parte raudo a la sede principal de "Sacco y Corbatta, ropa para el Trabajador Memorioso", negocio fantasma que encubre la insidiosa actividad de "Diente Postizo", mente criminal y principal instigador de esta conspiración. "Debo decir que no se esforzaron mucho con el nombre", concluye Tertulio. Pero avanza decidido.
Al llegar, el edificio lo espera, ominoso, como un pulpo sin brazos que se camufla y mimetiza detrás de una roca en las abisales profundidades de tu mente inconsciente.
Una densa niebla circula por entre los rescoldos de un amor que nunca fue y, a pesar de que hay una sota de bastos cada 100 metros, Tertulio no se siente más seguro.
Una luz se prende en el interior de la fábrica. Como si el pulpo hubiera abierto un ojo. Esperándolo. Un rulemán recorre el nervio ciático de Tertulio, alerta, tenso, listo para ser un héroe.
Y eso fue todo.
Por eso es que mis perchas miran todas hacia el mismo lado.-