miércoles, 30 de marzo de 2011

No son mas que un salchichón cuya primavera ha tocado a su fin...

Somos como claveles del aire aguardando la providencial aparicion de un abedul del cual prender nuestras raices antes que se marchiten por siempre.
Es por eso que la remisera de la esquina cambia de dueños cada vez que se enfrenta Sportivo Caraza contra algún advenedizo conjunto de jugadores de dominó desaliñados, cotejo que finaliza invariablemente en empate, y con una lluvia de dobles seis que caen desde el cielo como granizo sobre una pelopincho rellena de alambre de púa.
Sometido a una investgación de lo más heterodoxa, Tertulio, el Asombroso Hombre Mondiola busca las causas perdidas de los demás. Paradójicamente, al encontralas dejan de ser causas pedidas, por lo cual su tarea es no solo infructuosa sino que mal vista por los soñadores empedernidos que ya no saben qué hacer de su existencia. "Si este soquete encuentra todas las causas, ya no nos dará excusa para sentarnos a perder el tiempo frente al espejo, repetir con voz cansina `oooooooooohhhmmmmmmm´ y hacer de eso nuestro modus vivendi, como dicen en Palermo Machu Picchu" decía la solicitada publicada en El Heraldo Mondiolense.
"Veo tu foto de perfil, y deduzco que, o bien no sos vos, o eso que pensé que era un pincel marca El Galgo saliendo de tu nariz no era más que una gata peluda", exclama entonces, cuando la verdad se ha revelado.
Lo bueno de tener dos medias es que por ahí tenés una entera.
La Federación de Infestados con Impétigos ha salido a las calles a reclamar algún tipo de beneficio. Para ello, cortan la avenida principal de Mondiolandia, aunque lo hacen a las 3 de la mañana, y a nadie le importa demasiado. Pero tocan el bombo, sí, tocan el bombo en un ritmo sincopado y desacompasado, como solo el corazón de un ornitorrinco con taquicardia podría hacerlo. Después, ah, después, suben por la escalera hata el tercer piso, donde una dama que ya ha sido lo suficientemente vituperada, les abre la puerta y golpea el mostrador en señal de apoyo. Pero no entran. El bombo pesa demasiado y, además, no cabe por la abertura. Esto le da a Tertulio un segundo de ventaja, el que aprovecha para rodear sin más trámite el edificio (él solo, por algo es el superhéroe mas reconocido de la zona norte) y gritar por el mondiomegáfono: "Podría ser un pinzamiento lumbar, un lunar que te deformara las fauces o hasta una pera colocada sobre las dos mitades de un chorizo colorado cortado por una motosierra ecléctica. Pero ya bajen de ahí, habrase visto". La atronadora voz de nuestro héroe hace que los manifestantes se dispersen, dejando olvidado el bombo (y una que otra vuvuzela) en las instalaciones siniestradas. Mañana amaneceran con sus pestañas (o párpados) tiznadas, cenizas de un fuego que nunca se propagó.
Melancólico ser al fin, Kaido del Katre nos presenta el nuevo korte de difusión de Kotorra Kon Katarro, "Djanfa". Aquí nuestros amigos, en busca de abrirse a mayores mercados, recurren al Andrés Calamaro Que No Se Baña (tal como bautizó la prensa especializada internacional a Manu Chao), quien, a su vez, esclaviza a dos negros ciegos de Mali, los bautiza como Amadou y Mariam (aunque sus verdaderos nombres son, de hecho, Mariam Doumbia y Amadou Bagayoko), en una muestra de imperialismo surrealista los convierte a la cientología, los hace trabajar 20 horas seguidas en una fábrica clandestina de Jeans Fiorucci y los hace sudar sin tener que bailar. Y mientras esto ocurre, escribe este tema en colaboración con los muchachos de K. K. K.
Quien tenga oidos, que oiga. Y quien sepa lo que quiero decir, que hable ahora o calle para siempre.

viernes, 11 de marzo de 2011

Es mi Bar Mitzvá, y lloraré toda la vida si me da la gana...

Calculó tiempo ha el sabio filósofo Totori Berugamota que con la transpiración de Dios después de jugar un partido (completo, eh...) de pelota vasca se pueden llenar tres monoambientes, como aquel que se encuentra sito en la intersección misma de calles Junín y Paraguay, a pasitos de la vereda, el que contaba con vista a un hígado de rinoceronte clavado sobre una caléndula, y tenía la particularidad de que las estrellas brillaban del lado de adentro. Es verdad que nunca fue demasiado luminoso, ni nuestro, que tanto, pero estaba allí desde tiempos inmemoriales, desde que antes de que el cantante de Los Piojos aprendiera a balbucear "uo papá uo papá uo papá uo papaáaaaaaaaaaaaaaa", desde antes que la voz cantante de Los Pericos supiera como proferir sus monótonos "iopopo iopopo iooooo", y desde antes que Gustavo Cordera perdiera su cerebro en un conocido cabaret de Palermo La Josefa. Pero, volviendo con Totori, en su demostración (la que era especialmente intrincada, por no poseer signos de interrogación, tal como una absolución de posiciones confeccionada por el mismísimo Victor Hugo Morales) agregaba ("exageraba", dirían sus detractores) que incluso sobraba sudor para llenar dos o tres peceras y que vivieran en las mismas siete sábalos sagrados, embebidos en el santísimo efluvio.
"Fotógrafos, malabaristas, gente que hace títeres, caminantes de zancos y demás pelotudos, abstenerse", rezaba el aviso clasificado aparecido días atrás en El Heraldo Mondiolense. Firmando el mismo solo figuraba un enigmático "Carlos Pérez. Contador". Sintiéndose víctima de una desgarradora discriminación, los popes de la Asociación Mondiolense de Clown y Otros Pelotudos acuden raudos ante las autoridades, quienes, maniatadas por sus propios preconceptos acerca de los alcances y especificaciones de la pelotudez humana, solo atinaron a revolear el balurdo a (quién, si no) nuestro amigo, Tertulio, el Asombroso Hombre Mondiola. Así es que, haciéndose pasar por un estudiante avanzado de reparador de heladeras, llamó al teéfono que figuaraba en pantalla ("si las operadoras están ocupadas, por favor, intente de nuevo", se decía a sí mismo, con voz de locutor colombiano y/o venezolano, sonriendo para sus adentros ante los tibios aplausos de un público opalescente. Recordaba también ese día en que llevó un inmigrante ilegal desde Plaza Miserere hasta Caballito a upa, pero fue un recuerdo totamente ajeno a las visciscitudes que nos ocupan). No fue posible establecer comunicación alguna, por lo que el caso quedó más o menos cerrado, hasta nuevo aviso.
Hete aquí que desde la Mondiol Pictures and That Kind of Things se anuncia el próximo estreno de "Los Reyes del exhorto II. Rogatoria Reloaded", con las fulgurantes apariciones póstumas de Alberto Olmedo y Jorge Porcel (interpretado este último por Alfredo Alcón). En un momento dado del filme, Jorge Porcel, tras ingerir medio kilo de harina de mandioca en busca de inspiración para su próximo sermón budista, cae en una especie de somnolencia post-hipnótica y, por supuesto, sueña. Y sueña que se halla en Plaza de Mayo, pero que el mundo es extremadamente grande, cada baldosón parece medir miles de kilómetro a la redonda, el cielo se halla aún más lejos y la casa rosada, amén de exhibir una inusitada y ligeramente obscena tonalidad verdosa, parece sonreirle, fría y expectante, desde años luz de distancia. Sin embargo, el cielo tan lejano se nubla sorpresivamente, y del mismo comienza a precipitarse una lluvia de sánguches de mortadela, sin mayonesa. Porcel, entonces acude en búsqueda del maná (surtido por quién sabe qué dios detrás de dios) y come, come hasta saciarse, pero en el sueño su apetito parece no tener fin. Sabe, no obstante, que su voracidad está siendo observada por algún ente gigantesco aunque corpóreo, y sabe que a este le agrada lo que ve, por lo que sigue comiendo. La lluvia atrae, eso sí, a mas gente, empresarios con maletines, motociclistas en patineta, colegialas ardientes y demás, quienes, semi idiotizados por el espectáculo de la mortadela cayendo del infinito, acuden en masa a atiborrarse de sambuches. Cuando el temporal parece amainar, una nueva andanada irrupe en sus (hasta ese momento) grises y miserables existencias, y todos se hartan, y festejan, y comen, y, ya ahítos, como De La Rúa, eructan al unísono. Sin embargo, Porcel sabe que algo no anda del todo bien... y es el primero, sino el único, que levanta su vista hacia el origen de la tormenta alimenticia. Y lo que ve lo horroriza hasta el límite del horror mismo. No era dios, no era un ente superior, no eran mas que unas palomas superdesarrolladas. Las Palomas Del Espacio Exterior ahora son grandes, enormes, magnánimas, y le tiran sanguches a los humanos. La primer medida del gobierno fue cambiar la letra del himno, que ahora reza "y mirar a los humanos comer, los sánguches de mortadela que las palomas les tiraaaaaan". La métrica de la canción patria hace que miles de personas mueran de calambres en la lengua (la epilepsia de los tontos, como la bautizaron los galenos), y que solo sobrevivan los tartamudos. La humanidad se degenera y todo vuelve a empezar. En ese momento, Porcel se despierta agitado, agotado, sudoroso y con un rictus de teléfono celular en el rostro. La próxima escena muestra a Porcel caminando por la costanera, las manos enfundadas en los bolsillos de su gabán, cabizbajo y pensativo, mientras suena en off la canción ideal, compuesta, claro está, por Reunión de Konsorcio, bajista de Kotorra Kon Katarro tras la dimisión de Klavíkula, y que se trata, ni más ni menos, que de "Ella no lo entiende", compuesta en colaboración con Nate Ruess y Sam Means y los demás de The Format. La parte que dice "chuchuchurururururú" gana un grammy en la categoría "Onomatopeya en un single", desplazando de una vez (y esperemos que sea para siempre) al Sucundún Sucundún de Donald, quien se alzaba con el trofeo en forma ininterrumpida desde 1967.-
TOMA!!!!!

martes, 1 de marzo de 2011

Como Gustavo Cordera, pero sin la lobotomía

Hay algunos que te miran con saña, como quien le pone tanza a su motoguadaña mientras piensa "No me extraña???" y se encandila con una lasaña que nunca se cocinó más allá de lo estrictamente debido.
Andrés vino una ves por mes y me dejó esto.
En el intrerín, centenares de uruguayos en bicicletas playeras circulan a contramano por una de las arterias mas escabrosas de un corazon estrangulado con hilo matambrero, y otros, que corren en una maratón hacia la capital de la fauna marina en estado de putrefacción, se distancian permanentemente, ya que marchan en contramano, alejándose como dos atomos de luz que viajan a la velocidad del sonido en direcciones opuestas, creando así la paradoja de la tortuga marina.
Los paquetes que no llegan tienen en si mismos un mensaje subliminal y un intenso aroma a arandela mezclado con abrazadera sin tornillo. He aquí lo que os digo, volved la vista hacia el fondo de la legua, y observad como se hinchan las pelotas.
No se por qué siempre necesitas envolver un barril en papel celofán para luego tirarlo por la cloaca, me parece que sería más facil dejarlo caer, y que el tiempo, inmemorial y autodestructivo, se encargue...
Ahora esperas, mañana veremos qué nos depara el detino, la parrilla ya está en llamas, y el pescado sin vender.
El olor de un par de lobos marinos muerto, secándose ante una cabaña levemente inclinada hacia la izquierda, presagia un curso de agua que desemboca en el hogar de un sapo que vive en el estuche de la guitarra mas improcedente de estos lares... el sapo salta y todos piensan que es el viento, pero, cuan un guiso de mondongo cocinado por La Sole, al abrir nuestras mentes, dicho sapo saltará, saltará, aunque uno le diga "Pepe, vení".
Exclama Kornalito Kerendón, ultima incorporación de K. K. K.: "Aunke me konvokaron kortos instantes atrás, aun no me han asignado instrumento a tokar. Pero no me importa, dado ke me han dejado komponer esta kanción. Tratando de pesar un Chevrolet Korsa en una balanza de karnicero, se me okurrió que la altura sobre el peso mas la edad de un osobuko puede dar números aptos para jugar a la kiniela. Entonces llamé a Mark, James, Joshua, y Phillips Morales, y juntos kreamos esta obra, llamada "Elecciones", precisamente por ser un año elektoral"
Bien por tí!!!!