lunes, 14 de mayo de 2012

El Hamster de tu vida

"La verdad es como un dodecaedro, pero solo de 3 ó 4 caras", reflexiona Tertulio, el Asombroso Hombre Mondiola mientras intenta desvirtuar una lámpara de emergencia Atomluz con un la gomita esa de adentro de las tapitas plásticas de gaseosas de diversas marcas, y que tan felices nos hicieran cuando niños, oponiendo fútil resistencia a nuestros más denondados esfuerzos por extraerlas de su hábitat natural, el fondo de la tapita en cuestion, para masticarlas un rato (oh, cruel destino de un banal círculo de plástico) o bien arrojarlas a que encuentren su propia muerte en un oscuro callejón.
De esta manera, ángeles que danzan al ritmo de una melodía ciertamente desenfrenada, morderán hipopótamos en un ataque de rabia (o "hidrofobia", como dicen en Palermo Brasileirao) y transformarán un dichoso sueño en un tormento onírico, demasiado terrible para no ser real.
Hoy día un calamar muerto, frio, adyacente y pasivo se posará sobre mi hombro. Y así debe ser.
Por el otro lado, de ahora en más todos los días de la semana serán idénticos, incrustados en piedras semipreciosas, entre filetes de merluza y ambigüedades por el estilo. Los almanaques serán derogados, los meses, meros apelativos al decurso de lo inevitable, y cada uno creerá vivir en el día que mas le guste.
Sin embargo, desde las altas cumbres gubernamentales notan, con desagrado, que determinados avispados y sectores sociales que comulgan con ideas marxistas y demás, intentarán por todos los medios que ese día sea domingo.
Y ello acarreará consecuencias desastrosas.
Y no hablemos solo de los inefables cataclismos macroeconómicos que provocará en los erarios mondiolenses el hecho de que nadie trabaja, porque, como todos sabemos, el dia domingo es, fue, y estará consagrado a la Santísima Amapola de Nuestro Señor, no, nada que ver.
El problema es que los domingos son, por regla general, el día en que uno mas quiere suicidarse, estudios de la National University Of Filosify and Letters así lo confirman. Sin embargo, dichos deseos de autoinmolación cesan automáticamente el lunes a las 00:00 horas. De hecho, las 00:00 horas del lunes son el límite entre lo irreal y lo auténtico, una barrera cuasi invisible que separa el tedio del ocio del tedio de la rutina, el puerto USB donde conectar el mouse de la desdicha, y para muestra basta el botón del personaje aquel que, habiendo finalizado de ingerir un alfeñique de orozuz a las 00:03 de un lunes determinado, concluyó que ya había abandonado la dieta que se había propuesto iniciar ese mismo lunes, dándose a continuación un atracón de jabón en polvo con microperlas azules y pereciendo instantes después entre saponificadas pompas que surgían de su inerte (pero limpio) cadáver.
En fin, que si todos los dias fueran domingos, a uno no se le irian las ganas de suicidarse a las 24:00 horas, porque al día siguiente también sería domingo, con lo cual la tasa de mortandad de peces en la Cuenca Matanza sería infinitamente superior a lo que uno en realidad querría admitir.
Así que dejemos el calendario tal y como está.
En ediciones anteriores hemos repetido hasta el hartazgo que pocas cosas son mas incoherentes que los autitos esos que estan en las calesitas, con luces, pintados de estridente colorido, autos sin marca visible y de modelos imposibles, y que giran locamente, mientras suben y bajan emulando fantasmagóricas lomas de burro en la avenida que se dirige a los fondos de un barrio del mas allá. Decíamos, en aquel entonces, que, por alguna extraña razón, casi todos los camiones se dirigen a Baradero. O a Saladillo. No importa la carga, no importa el dstino final, no importa siquiera el chofer, si es semiacoplado o semirremolque, lo cierto es que en toda conversación entre camioneros se mencionará alguno (o ambos) de esos dos puntos de la geografía bonaerense.
Diez Patos Lucas vuelan en bandada hacia un acantilado, donde los esperan los afamados Hanna y Barbera (si es que son dos personas y no una sola, como indica el recurrente mito urbano), solo para borrar de un plumazo, valga la redundancia, el arduo camino que han recorrido en busca de la verdad. “Esta es la tercera, debería ser la vencida”, se dice uno de ellos, pero recibe como respuesta apenas un socarrón zumbido y una sensación de que ya no volvería a ser molestado.
Granizan albóndigas sobre Tertulio, el Asombroso Hombre – Mondiola. Albóndigas redondas, pesarosas, apesadumbradas, que, al llegar al suelo, ruedan barranca abajo, auqnue cada una de ellas se desliza cada vez mas abajo y menos barranca. Y nuestro héroe, fiel a sus hábitos, carece de paraguas (o “paraalbóndigas”, sería más adecuado decir) y desafía la tempestad albondigueril impávido, elevándose majestuoso sobre sus talones, la frente alta, los ojos perdidos en el horizonte. Y agradece a la Suprema Entidad que gobierna nuestras vidas que las meteorológicas albóndigas estén recubiertas de salsa. “Así me resbalan. Amén”, concluye.
Víctima de una traición en la que fueron cómplices personas insospechadas, Tertulio decide, altruista y desinteresado, dejar la venganza para los pobres de espíritu, que de ellos será la iglesia universal del reino de dios.
Refiere Kolgajo de Karne, recientemente uncido trombonista de Kotorra Kon Katarro, que la vida es una auténtica mierda, pero que en un rapto de optimismo le dio por escribir cosas de volcanes, demonios, caníbales que se meten dentro tuyo y comen hasta saciarse, negros corazones que invocan a dioses solo para quemarse vivos, y ese tipo de cosas a las que el Post Punk Mondiolense nos tiene acostumbrados y que hace las delicias de grandes y pequeños. Así es que en un primer momento juntó una banda de zulúes, les enseño castellano y los puso a cantar a coro "uh, malo es tu cheque", después aprendió el verdadero significado de la expresion "kromatismo", y, finalmente, solicitó al ayuda de Charlie Brand y sus demás amigos de Miniature Tigers, dando forma a dos bonitas páginas que se intitularon "Guárdate tus lamentos y cuéntaselos al volcán" y "Reina Caníbal", las que formarán parte de su nuevo LP y que, desde esta humilde página, traemos en formato de anticipo mundial. "Bueno, pues porke se me kanta el okote", respondió Kolgajo, fiel a su estilo provocador y autóctono ante la pregunta del periodismo especializado.
Dios ha muerto, pero no del todo