Quiza la forma mas monstruosa de colgar una camisa a cuadros sea cabeza abajo (o solapa abajo, para mejor ilustrar), con dos broches, de una cuerda tendida a tal efecto. Si bien eso es perfectamente aplicable a las camisas que un oscuro empleado judicial puede tender a secar (u "orear", como gustan decir en Palermo Grand Bourg), quizá dicha máxima no sea tan certera a la hora de aplicarla a una remera y/o buzo, de esos que los colegiales mandan a fabricar previo a su viaje iniciático al sur de Mondiolandia.
Buzos, los que por otra parte, invariablemente llevaran estampado y/o bordado en su parte posterior el mote y/o sambenito y/o sosías con que su dueño fue reconocido durante los cinco penuriosos años en que se prolongó su carrera escolar.
Momento ese, dicho sea de paso, en el cual los estudiantes mas arduamente vilipendiados por sus congeneres luciran orgullosos el alias con que sus crueles compañeros solian hostigarlos.
En un punto intermedio se encuentran aquellos que, a fuer de imperceptibilidad, no han logrado siquiera hacerse con un apodo mas o menos decente y, llegado el caso, optaran, a los meros efectos de verse integrados a un grupo de futuros mambertos, por un vergonzante diminutivo del nombre de pila con que sus orgullosos padres los bautizaran diecisiete (en el mejor de los casos) años atras.
Saliendo de entre las llamas, con la mirada fija en un horizonte cuanto menos lejano, Tertulio, el Asombroso Hombre - Mondiola realiza proezas casi invisibles a los ojos del buen cubero, pero no por ello menos importantes. Así, logra cocinar una molleja en tres horas y media con el solo candor de una linterna de esas que llevan de las pilas gordas gordas (a proposito, medita en el farragoso proceso de cocción, sería harto conveniente que alguien explicitara por que, si todas tienen el mismo voltaje, algunas son mas gruesas que otras.... Lo bueno es que las pilas no se discriminan entre si por sus respectivas circunferencias, quiza sea por su naturaleza consumible, que hace que, una vez elegida para desarrollar su fatal misión, se extingan para siempre. Bueno, salvo las recargables. Como un cubito, o un espiral para los mosquitos con aroma a Frutos silvestres de la pradera...). También logra aplicarle alcohol fino en una herida a un felino domestico, aunque justo es reconocer que tal faena le llevó por lo menos un par de horas, y que el animal de mención se mostró reacio al accionar policial. Finalmente, erradicó una plaga de musarañas con solo una birome (hurtada de su oficina) y un par de banditas elasticas. La musaraña, la musaraña, ya no puede caminar, cantaba, regocijándose con su propia inventiva.
Alguna gente guarda tornillos en frascos de mermeladas, lo cual constituye una verdad casi irrefutable.
Otros van mas lejos, y depositan en los vítreos recipientes también tarugos.
Por acullá, algún homeless (no confudir dicha alocución con "omelette", pitanza que, desde que observara aquel mentado video, le depara a Tertulio una sensación agridulce) un tanto esquizofrénico separa los adimnículos citados por tamaño. Advierte en este punto el Dr. Cormillot que tal práctica dista en mucho de ser saludable, atento en primer lugar a la cuantiosa cantidad de frascos que pueden llegar a ser necesraios para garantizar el exito de la tarea y en segundo termino, aunque no por ello menos importante, a la actividad de vaciado y deglucion del dulce, conditio sine qua non para que los recipientes esten, redundantemente, vacios. No obstante lo cual, no deja de ser util a la hora de, por ejemplo, atornillar cosas.
Finalmente, algunos cometen la osadia de mezclar en un mismo frasco tornillos y tarugos.
Y para ellos es mi canción.
Tras conocer a una tenebrosa evisceradora en un parque de diversiones en Las Toninas, Kinké a Kerosene, bongoista de la afamada agrupación Kotorra Kon Katarro compone, con la ayuda de John McCrea y sus advenedizos amigos de Cake, una bonita página intitulada "Sofa de cuero italiano", donde le dedica la parte del serrucho con lo que obtiene lo que quiere y luego guarda el resto en una bolsita Ziploc, en el freezer.
Para ser enano, sos bastante engreido.
Habrase visto
miércoles, 23 de enero de 2013
Un sapo huele el agua de la pileta, pero no huele el cloro
Otra mondiolada más de
Tertulio, el asombroso hombre-mondiola
en este caso a las
20:14
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