Somos como claveles del aire aguardando la providencial aparicion de un abedul del cual prender nuestras raices antes que se marchiten por siempre.
Es por eso que la remisera de la esquina cambia de dueños cada vez que se enfrenta Sportivo Caraza contra algún advenedizo conjunto de jugadores de dominó desaliñados, cotejo que finaliza invariablemente en empate, y con una lluvia de dobles seis que caen desde el cielo como granizo sobre una pelopincho rellena de alambre de púa.
Sometido a una investgación de lo más heterodoxa, Tertulio, el Asombroso Hombre Mondiola busca las causas perdidas de los demás. Paradójicamente, al encontralas dejan de ser causas pedidas, por lo cual su tarea es no solo infructuosa sino que mal vista por los soñadores empedernidos que ya no saben qué hacer de su existencia. "Si este soquete encuentra todas las causas, ya no nos dará excusa para sentarnos a perder el tiempo frente al espejo, repetir con voz cansina `oooooooooohhhmmmmmmm´ y hacer de eso nuestro modus vivendi, como dicen en Palermo Machu Picchu" decía la solicitada publicada en El Heraldo Mondiolense.
"Veo tu foto de perfil, y deduzco que, o bien no sos vos, o eso que pensé que era un pincel marca El Galgo saliendo de tu nariz no era más que una gata peluda", exclama entonces, cuando la verdad se ha revelado.
Lo bueno de tener dos medias es que por ahí tenés una entera.
La Federación de Infestados con Impétigos ha salido a las calles a reclamar algún tipo de beneficio. Para ello, cortan la avenida principal de Mondiolandia, aunque lo hacen a las 3 de la mañana, y a nadie le importa demasiado. Pero tocan el bombo, sí, tocan el bombo en un ritmo sincopado y desacompasado, como solo el corazón de un ornitorrinco con taquicardia podría hacerlo. Después, ah, después, suben por la escalera hata el tercer piso, donde una dama que ya ha sido lo suficientemente vituperada, les abre la puerta y golpea el mostrador en señal de apoyo. Pero no entran. El bombo pesa demasiado y, además, no cabe por la abertura. Esto le da a Tertulio un segundo de ventaja, el que aprovecha para rodear sin más trámite el edificio (él solo, por algo es el superhéroe mas reconocido de la zona norte) y gritar por el mondiomegáfono: "Podría ser un pinzamiento lumbar, un lunar que te deformara las fauces o hasta una pera colocada sobre las dos mitades de un chorizo colorado cortado por una motosierra ecléctica. Pero ya bajen de ahí, habrase visto". La atronadora voz de nuestro héroe hace que los manifestantes se dispersen, dejando olvidado el bombo (y una que otra vuvuzela) en las instalaciones siniestradas. Mañana amaneceran con sus pestañas (o párpados) tiznadas, cenizas de un fuego que nunca se propagó.
Melancólico ser al fin, Kaido del Katre nos presenta el nuevo korte de difusión de Kotorra Kon Katarro, "Djanfa". Aquí nuestros amigos, en busca de abrirse a mayores mercados, recurren al Andrés Calamaro Que No Se Baña (tal como bautizó la prensa especializada internacional a Manu Chao), quien, a su vez, esclaviza a dos negros ciegos de Mali, los bautiza como Amadou y Mariam (aunque sus verdaderos nombres son, de hecho, Mariam Doumbia y Amadou Bagayoko), en una muestra de imperialismo surrealista los convierte a la cientología, los hace trabajar 20 horas seguidas en una fábrica clandestina de Jeans Fiorucci y los hace sudar sin tener que bailar. Y mientras esto ocurre, escribe este tema en colaboración con los muchachos de K. K. K.
Quien tenga oidos, que oiga. Y quien sepa lo que quiero decir, que hable ahora o calle para siempre.
Es por eso que la remisera de la esquina cambia de dueños cada vez que se enfrenta Sportivo Caraza contra algún advenedizo conjunto de jugadores de dominó desaliñados, cotejo que finaliza invariablemente en empate, y con una lluvia de dobles seis que caen desde el cielo como granizo sobre una pelopincho rellena de alambre de púa.
Sometido a una investgación de lo más heterodoxa, Tertulio, el Asombroso Hombre Mondiola busca las causas perdidas de los demás. Paradójicamente, al encontralas dejan de ser causas pedidas, por lo cual su tarea es no solo infructuosa sino que mal vista por los soñadores empedernidos que ya no saben qué hacer de su existencia. "Si este soquete encuentra todas las causas, ya no nos dará excusa para sentarnos a perder el tiempo frente al espejo, repetir con voz cansina `oooooooooohhhmmmmmmm´ y hacer de eso nuestro modus vivendi, como dicen en Palermo Machu Picchu" decía la solicitada publicada en El Heraldo Mondiolense.
"Veo tu foto de perfil, y deduzco que, o bien no sos vos, o eso que pensé que era un pincel marca El Galgo saliendo de tu nariz no era más que una gata peluda", exclama entonces, cuando la verdad se ha revelado.
Lo bueno de tener dos medias es que por ahí tenés una entera.
La Federación de Infestados con Impétigos ha salido a las calles a reclamar algún tipo de beneficio. Para ello, cortan la avenida principal de Mondiolandia, aunque lo hacen a las 3 de la mañana, y a nadie le importa demasiado. Pero tocan el bombo, sí, tocan el bombo en un ritmo sincopado y desacompasado, como solo el corazón de un ornitorrinco con taquicardia podría hacerlo. Después, ah, después, suben por la escalera hata el tercer piso, donde una dama que ya ha sido lo suficientemente vituperada, les abre la puerta y golpea el mostrador en señal de apoyo. Pero no entran. El bombo pesa demasiado y, además, no cabe por la abertura. Esto le da a Tertulio un segundo de ventaja, el que aprovecha para rodear sin más trámite el edificio (él solo, por algo es el superhéroe mas reconocido de la zona norte) y gritar por el mondiomegáfono: "Podría ser un pinzamiento lumbar, un lunar que te deformara las fauces o hasta una pera colocada sobre las dos mitades de un chorizo colorado cortado por una motosierra ecléctica. Pero ya bajen de ahí, habrase visto". La atronadora voz de nuestro héroe hace que los manifestantes se dispersen, dejando olvidado el bombo (y una que otra vuvuzela) en las instalaciones siniestradas. Mañana amaneceran con sus pestañas (o párpados) tiznadas, cenizas de un fuego que nunca se propagó.
Melancólico ser al fin, Kaido del Katre nos presenta el nuevo korte de difusión de Kotorra Kon Katarro, "Djanfa". Aquí nuestros amigos, en busca de abrirse a mayores mercados, recurren al Andrés Calamaro Que No Se Baña (tal como bautizó la prensa especializada internacional a Manu Chao), quien, a su vez, esclaviza a dos negros ciegos de Mali, los bautiza como Amadou y Mariam (aunque sus verdaderos nombres son, de hecho, Mariam Doumbia y Amadou Bagayoko), en una muestra de imperialismo surrealista los convierte a la cientología, los hace trabajar 20 horas seguidas en una fábrica clandestina de Jeans Fiorucci y los hace sudar sin tener que bailar. Y mientras esto ocurre, escribe este tema en colaboración con los muchachos de K. K. K.
Quien tenga oidos, que oiga. Y quien sepa lo que quiero decir, que hable ahora o calle para siempre.