martes, 13 de abril de 2010

No pidas agua sin gas. Por ahí se lo cortaron. Y el próximo podés ser vos.

En la fiesta de ladrillitos Rasti (o, como dicen ahora los habitantes de Palermo Rastafari, "Legos"), las cosas no pueden irse de control, salvo que alguien caiga con una docena de tizas de colores, lo cual, por los motivos recientemente explicitados, esta arduamente prohibido en Mondiolandia.
Depsués de dos partidos de backgamon agotadores en menos de dos horas (uno con una somera victoria, otro con una derrota estrepitosa), solo cabe combatir al delito, siempre cuidando de no romper las vidrieras ajenas.
Tal como las bolitas de telgopor se resisten de un modo cheguevaresco (es decir, dejandose las patillas, fumando habanos y apareciendo en remeras) a ser barridas, rodando en un túnel de electricidad estática una y otra vez hasta el piso (y ni hablar las que han anidado en un pullover de lana), determinadas úlceras del alma invaden, crueles insectos, las situaciones más cotidianas, para convertirlas en auténticas torturas.
Y mientras una vieja aburrida le contaba los ultimos detalles de su ultimo embarazo a Tertulio en la parada de colectivo (otra vez el burro de arranque del mondiomovil, quizá sea hora de ponerle GNC, piensa entre dientes nuestro héroe) alguien, con una impunidad digna de un globo aerostático que se eleva majestuoso sobre un pasiaje bucólico, mientras sus ocupantes, extrañas cruzas entre mandriles, perro pila y marcador indeleble, escupe restos de galletita Criollita hacia abajo, alguien, decía, cerró el zoológico, dejando al parvulerío de Mondiolandia sin poder ver las suricatas.
Como una lengua de bronce que lame un cucurucho de goma eva, Tertulio, el asombroso Hombre - Mondiola se desliza impertinente entre las bajezas mas aberrantes de los barrios bajos, a fin de dar con el paradero de aquella persona que, al grito de "No quiero morirme en un hospital, pero no puedo ponerme las botas", le puso azucar al frasco de pickles de la sociedad, convirtiendo algo medianamente desagradable en un maremagnum de celulares y pollitos a cuerda.
Y quizá lo encuentre, pero lo mas probable es que no salga en los diarios.
Y sería muy bueno que dejaras de ponerle monedas a la máquina de romper las pelotas.
Y que no se te ocurra hacer gelatina con vodka.
Ni empatillar un cable de cobre a un petiribí.

1 comentario:

  1. ah...puede que no sea lo indicado, pero igual seguimos...

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No hay comentarios mas insipidos que los que se oyen en la cola de una ferreteria entre dos personas que van a comprar tornillos.