viernes, 13 de febrero de 2009

El dia en que se murieron todas las polillas

Tertulio, el Asombroso Hombre - Mondiola regesa triunfal a su Mondio-guarida. El combate con la Mujer Caracol fue desigual y con un simple "A ver si la entendes, NUNCA TE QUISE" se llevo los tres puntos para casa. Ahora supuestamente es cuestion de sentarse a esperar. Pero hay algo con lo que el Hombre - Mondiola no cuenta: el sorpresivo ataque del Niño Cabeza de Piraña Cocodrilo Panza Roja, arma de doble filo si las hay, que digo de doble, de triple filo, de multiples filos, como un florete medio desafilado. Pero eso es harina de otro costal, sargento de otro cabral, karina de otro jellinek, y quiza debiera quedar para otro dia.
En otro orden de cosas, es increíble la cantidad de cascarudos que hay en algunos lugares. Una vez, y tras lo que pareció el Segundo Gran Diluvio Universal de Cascarudos, me aboqué a la ardua tarea de dar vuelta aquellos que estaban de espaldas y aun pataleaban. No es algo que pueda calificarse como frustrante (hay cosas peores, como postularse para Hada Madrina de las Albondigas y salir segundo siempre), pero algo me dio la impresión de que era mas bien al re pedo.
Creo que nunca sentí tanta tristeza junta como aquel día en que vi a mi padre comiendo sánguches de miga.

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No hay comentarios mas insipidos que los que se oyen en la cola de una ferreteria entre dos personas que van a comprar tornillos.